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Dulce patrimonio I: chichas, caratos y guarapos


     Nuestro acontecer gastronómico destaca actualmente por los ricos orígenes indígenas y foráneos de los ingredientes con el que son preparados diversidad de comidas y bebidas y la acentuación a la que con el tiempo se ven sometidas las diversas mezclas, ejerciendo influyentemente cambios en la identidad. 

     ¿Lo impensable? La chicha comenzó siendo una bebida embriagante de contenido alcohólico, dada su presencia en reuniones informales y de apertrecho jubiloso. Debido a la introducción de licores industriales con el tiempo pasó a ser una bebida refrescante, como la conocemos ahora. De rasgos fuertes, la chicha ocupa un amplio lugar en el imaginario nacional, en la que, dependiendo de la región, puede ser de maíz, arroz o algún tubérculo. El uso de vainilla, canela y/o leche condensada es adosado por los paladares actuales.

     El famoso. El carato era tan popular por su acentuada reminiscencia indígena y por ser muy rico que su fama se desbordaba hacia todo el país especialmente a las regiones del centro. Es una bebida que se prepara agregando pedazos de casabe, harina o masa de yuca hervida en agua. Refrescante y nutritiva, suele agregárseles hierbas para el sabor, y de una marcada base frutal.


     El aguado y refrescante. Por guarapo se conoce, principalmente, una bebida alcohólica o infusión de caña de azúcar y miel. También, recibe dicho nombre la bebida que contiene proporcionalmente una gran cantidad de agua, sea añadida o destilada naturalmente. Por ello es que en Venezuela solemos denominar así al café expreso o colado cuando se le ha agregado mucha agua. Pero, principalmente, es una bebida de rica contextura, de mayor consumo en épocas de calor. 

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